Hacia una economía más digital
Los pagos digitales son una parte esencial en la dinamización de nuestra economía y como tal, es fundamental contar con una infraestructura que permita y asegure que esos pagos se realizan de forma rápida, ágil y segura. Y es que a pesar de que nuestro país está óptimamente equipado en cuanto a infraestructuras de pago y cobro digital, nos encontramos a la cola entre los países europeos en cuanto a adopción de pagos digitales1. Esto significa que todavía nos quedan muchos retos por delante para aprovechar todo el potencial de los pagos digitales.
Por esta razón, hemos trabajado junto al Payment Innovation Hub, AFI, Caixabank y Samsung en el informe Digitalización de los medios de pago en España: desafíos y oportunidades 2021 , del cual se desprende que tenemos por delante una serie de desafíos y oportunidades en la transición del efectivo a los pagos digitales. Precisamente este estudio persigue abrir un diálogo sobre el fomento de políticas públicas que impulsen la adopción de los pagos digitales en nuestro país.
Una de las conclusiones a destacar del informe es que si en España aprovecháramos las infraestructuras con las que contamos en cuanto a pagos digitales, la digitalización de los medios de pago incrementaría los ingresos públicos de entre 16.000 y 32.000 millones de euros anuales en recaudación. O lo que es lo mismo, incrementaría la capacidad de inversión para avanzar hacia una economía más digital.
Sin embargo, todavía siguen existiendo una serie de barreras para incrementar la adopción de los pagos digitales, donde los distintos actores involucrados en el ecosistema tenemos un papel fundamental. En primer lugar, el rol de los Gobiernos, que a través de un marco regulatorio que incentive su uso, podría impulsar la innovación y por ende, acelerar la digitalización de la economía española. A su vez, reduciendo la fragmentación de pagos y cobros digitales en las Administraciones Públicas e impulsando una mayor aceptación, permitirían que los millones de trámites que se realizan al año e implican tanto a consumidores como empresas, se realicen de fórma más ágil.
Sin ir más lejos, según recoge el estudio, nueve de cada diez españoles señalan que prefieren los medios digitales como forma de pago en la administración pública, motivados por la comodidad (70%), por evitar desplazamientos o gestiones presenciales (60%) y la rapidez (51%).
En segundo lugar, potenciando en los consumidores aspectos positivos del uso de los pagos digitales en nuestra economía, ya que los pagos digitales obligan a hacer más transparentes las relaciones económicas, por lo que su universalización contribuiría a aflorar más recursos a favor del bienestar de la economía española.
Es por eso que la administración pública debe favorecer e impulsar la adopción de los pagos digitales, en convivencia con otros métodos de pago como el efectivo. Para ello, puede estudiar qué están haciendo países vecinos como Italia, que han puesto en marcha un programa de incentivos a consumidores, también conocido como “cashback”, para impulsar el uso de los medios de pagos digitales. Según estudios (European House-Ambrosetti), si Italia alcanza con este plan una penetración de pagos digitales similar a la media de la UE, aflorarían 29.500 millones de dólares de economía sumergida.
Margen para incrementar la adopción de pagos digitales en España
En definitiva, con las conclusiones recogidas del informe es más que evidente que aún tenemos margen para que cada vez más se adopten los pagos digitales en nuestro país, ya sea entre consumidores, comercios o Administraciones Públicas. Es por eso que Visa colabora con Gobiernos de todo el mundo para diseñar planes de políticas públicas que aceleren la digitalización de los pagos y favorezcan la economía del país, así como con el resto de actores de los medios de pago.
Desde la experiencia, el conocimiento y la red de pagos electrónicos líder del mundo (VisaNet), con la capacidad y robustez de procesar 65.000 mensajes de transacción por segundo, seguiremos aportando nuestro conocimiento en tecnología e innovación. Y es que estos avances en la digitalización de los pagos aportarían una mayor dinamización de la economía y en definitiva, contar con una economía digital más robusta y competitiva.
1 Banco Central Europeo